Diego Ramos, Adrián Blanco, Alejandro Galán, Rafa Méndez, Fabri Cattaneo, Javier Martínez o el propio Jorge Barriuso son algunos de los nombres que engrosan la lista de cerca de 2.500 jugadores de la Liga Autonómica Interclubes de 2017 que ahora entra en su tramo final. Pero además de formar parte de esta lista, todos ellos -y otros tantos que he omitido- también son de sobra conocidos en los cuadros del World Padel Tour, la máxima competición mundial, lo quiere decir que Castilla y León empieza a tener su peso en el panorama nacional, aunque bien es cierto que nos queda un buen trecho para alcanzar la cima.
Ver a toda esta gente en la LAP sorprende, ya que no es una prueba que destaque precisamente por sus premios, pero, sin entrar a valorar qué se les ha perdido por aquí a todas estas figuras, lo que no admite duda es que su presencia le dota de una categoría extraordinaria a la liga. La Primera División se ha convertido en un lugar para elegidos en el que el Arcecarne Play Padel consigue mantenerse a base de garra, aunque lleva ya dos años consecutivos sin alcanzar la Final Four. En Segunda, mientras tanto, también hay unos cuantos jóvenes que vienen pegando muy fuerte, y eso ha subido el nivel. Y lo que queda, la Tercera, es un popurrí de gente que hace que se vivan demasiados partidos totalmente descompensados. Pero también tiene unos cuantos equipos de nivel.
Así
las cosas, la Liga Autonómica Interclubes ya empieza a añadir calidad a la
cantidad. Aún le faltan cosas por mejorar, pero va por buen camino para
convertirse en una LAP de lujo.
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