Pese a que el título de este artículo podría invitar a
pensar que voy a hablar de una peli de Sandra Bullock o de Internet, lo cierto
es que voy a hacerlo de algo mucho más terrenal y mundano, como es la red de
una pista de pádel.
Si las redes hablaran podrían escribir un libro sobre todos
esos vagos que se apoyan sobre ellas para cambiar de campo, probando su
elasticidad hasta límites insospechados. También podrían contarnos cómo se lo
pasan los niños que las utilizan de columpio, habiendo sido espectadoras de
volteretas dignas del Circo del Sol. No se olvidarían tampoco de delatar a la
multitud de tramposos que se apoyan sobre ellas o las tocan en pleno punto y
siguen jugando como si nada hubiera pasado. Y también sería interesante
escuchar su versión acerca de aquellos que les echan la culpa de todos sus
males, maldiciéndolas cuando la bola viene del otro campo y pasa tras tocar en
la cinta y olvidándose de bendecirlas cuando la situación es al contrario… En
resumen y como he dicho antes, que se podría escribir un libro.
La red es una parte fundamental de la pista, tan importante
como las paredes, verjas y suelo, y por ello debemos cuidarla al máximo si
queremos que el pádel siga siendo pádel y a nosotros se nos siga considerando
como gente honesta y bien educada.