Nº 33 REVISTA GOLF Y PÁDEL BURGOS
En este número vamos a hablar de
los chavales. Esos renacuajos que, casi sin llegar a la red, hacen que se nos
caiga la baba cuando les vemos golpear a la bola con una destreza asombrosa. Y,
lo que es más importante, demuestran un saber estar en la pista que ya lo
quisieran muchos mayores.
En las últimas pruebas hemos
visto competir a nuestros enanos de forma ejemplar exhibiendo una deportividad,
compañerismo y respeto por el rival dignos de todo elogio. Y en muchos casos
han ganado, que también es importante. Así que queda claro que tenemos cantera.
Teniendo en el gran ‘Barri’ el
ejemplo a seguir, estos chavales se sacrifican, entrenan y se desplazan por
toda la región llevando el nombre de Burgos con mucho orgullo. Y cuando ganan,
todos contentos, y cuando pierden (tras enjuagar las lágrimas lógicas de una
derrota), también felices. No sucede igual en otros lares, porque en las
últimas pruebas de menores celebradas en Burgos o en la
Final Four de la
LAP Junior (donde nuestros chicos del
Arcecane Play Padel terminaron terceros), se vieron a fueras de serie en la
pista, chavales con unas cualidades deportivas extraordinarias y con un juego
espectacular, pero cuyo comportamiento dejaba mucho que desear. Malos gestos
hacia el rival o incluso el propio compañero, desaires y gestos desagradables,
una deportividad escasa o nula… eran unas constantes que hacían que su
fantástico juego quedase totalmente eclipsado.
Por suerte, en Burgos no es así. Tenemos
a unos cuantos que ganan y a otros tantos que se quedan cerca, pero lo que sí
hacen todos es trabajar, ser deportivos y pasarlo genial en la pista. Así que
no hay duda de que tenemos cantera.